jueves, 8 de enero de 2015

Qué bonita eres, mi Venezuela... Qué linda eres!

Comenzar el 2015 con estas colas interminables en supermercados y abastos o con el reporte de miles de muertes violentas en el año 2014 en Caracas es como para apagar e irse. Aun no sé a dónde, pero irse.
Ver una cola de cientos de personas en un abastico de chinos, desde las 6 am, y que aun no hayan dejado entrar a nadie porque apenas acaba de llegar la Guardia Nacional, que en un país como Venezuela, les toca cuidar las puertas de los supermercados para evitar saqueos.

Qué le pasó a este país tan próspero, tan lleno de posibilidades para todos los que venían de otras latitudes y que le dio tanto a tanta gente?

Qué sentir cuando ves cómo Venezuela expulsa a sus ciudadanos más jóvenes a otros sitios que tampoco están bien pero que suenan al paraíso terrenal al lado de este desastre?

Por qué seguir aceptando que tenemos que crear grupos de Whatsapp en los que nos demos las coordenadas para conseguir productos tan básicos como papel higiénico, jabón de tocador, champú y pollo?

Qué maldad hicimos para no poder dormir tranquilos hasta saber que todos nuestros afectos llegaron sanos y salvos a su casa?

Hay alguna razón mística para que vivamos en un país en el que te de miedo alquilar tu apartamento porque no sabes si te lo van a expropiar a punta de “tengo hijos menores y no me puedes sacar”? Para que tengas que subarrendarle a amigos para que sepas que no te van a robar? O para que un alquiler en una zona de clase media / baja cueste 20 veces el sueldo mínimo?
Nos merecemos pagar el 10% del valor de un carro en seguro anualmente? Nos merecemos pagar un sueldo mínimo mensual en seguros de salud porque sabemos que es imposible ser atendidos en un hospital público porque, al igual que no hay acetominofén y desodorante, no hay insumos médicos para tratar la más mínima emergencia?

Qué karma estamos pagando para que mueran 30 personas a manos de cuerpos de seguridad del Estado en 3 meses de protestas y no haya nadie que pague por eso? Qué le hicimos a quién para que los políticos nos usen para sus proyectos personales cada vez que les interesa y luego nos abandonen?

A todos los que esperaban ansiosos porque se acabara el 2014, les tengo una noticia: El 2015 va a ser mucho peor. Así que los que pasaron amargados sus fiestas, los que pelearon con sus seres queridos y los que vivieron molestos el año pasado, pues perdieron un tiempo valioso para disfrutar y atesorar los pequeños momentos que nos deja este país desgraciado para ello.

No hay Ávila que valga. Ni playas, ni médanos, ni sonrisas de niños (que consigues en cualquier país) para poder levantar la pared de “Mi país es arrechísimo” con el que se quieren auto engañar aquellos que viven de negocios turbios con militares y chavistas enchufados cuando hablan con sus amigos en cumpleaños o reuniones sociales.

Estos 2 años he visto partir a la mayoría de mis amigos. A futuros inciertos en países que están muy mal para conseguir trabajo por culpa de una híper recesión económica (como España), en sitios donde tienen que invertir mucho tiempo y dinero para poder estar de forma legal (como EEUU) o naciones recónditas o solitarias (tipo Australia o Inglaterra) en las que no cuentan con familiares, amigos o una cultura medianamente cercana a la suya. Todo por la necesidad imperiosa de huir de una nación devastada por las políticas desacertadas de unos improvisados que no tenían idea de lo que hacían, del odio y el resentimiento que metían cada día en nuestras mentes aquellos que nos gobiernan y la impunidad que mantiene a Venezuela en puestos de honor de los países más inseguros del mundo año tras año.

Así que me perdonan si El Ávila me importa 3 pitos cuando lo veo de frente mientras suenan los disparos a dos cuadras y matan a una muchacha. Si me interesa poco Playa Colorada si no podemos estar en ella hasta pasadas las 4 de la tarde porque te caen unos malandros y te roban todo. Cuando siento poco aprecio por el calor venezolano cuando escucho insultos hacia los políticos opositores porque no son lo suficientemente violentos para nuestro gusto.
Y me disculpan si me río cuando escucho a los defensores a ultranza de Venezuela molestarse con aquellos que la odiamos, mientras sabemos que usan métodos poco limpios (pero tradicionales) para llevar adelante sus negocios y su vida cotidiana. Así, cualquiera quiere vivir en Venezuela. El país más corrupto del hemisferio.

Seguiremos haciendo colas para comprar, seguiremos llamándonos cuando consigamos productos desaparecidos (últimamente son casi todos), seguiremos escondidos en nuestras casas después de las 7 pm y seguiremos avisando al llegar a nuestros amigos y familia para que estén más tranquilos y sepan que no tienen que ir a buscarnos a la morgue (al menos no por ahora). Mientras tanto, que los eternos enamorados de Venezuela sigan pensando que diciendo cosas lindas sobre los Médanos de Coro y las misses nadie se va a dar cuenta que transan con Cadivi, con los carros chinos y cualquier negocio turbio que se consigan para redondearse. Claro, así nadie se quiere ir.

Por mi parte, rezo por los que estamos acá, y por los que se van. Por nosotros para que no nos maten saliendo del trabajo o del gimnasio. Por ellos para que les vaya aunque sea la mitad de bien que tienen planeado para que no se planteen ni por un segundo volver. Y a los que tengan pensado votar por Podemos en España, les recuerdo que Monedero e Iglesias ganaron miles de dólares ayudando a Chávez y Maduro con su plan de gobierno. Gracias a eruditos como ellos y sus grandes ideas, estos tipos crearon sus maravillosos y bien llevados planes políticos y económicos. Sólo eso.












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