miércoles, 8 de agosto de 2012

¿Y ese es chavista o de los nuestros?

Rubén Limardo Gascón me dio más que una medalla olímpica. Me dio la inspiración necesaria para escribir mi blog luego de un mes de total sequía. Julio pasó sin pena ni gloria en mi cabeza semiliteraria porque la Eurocopa y los Juegos Olímpicos me tenían atestada. Las vacaciones de verano hacen que no ocurra nada interesante a mi alrededor y, por ende, mi musa se toma esos días libres. Lo cierto, es que creo que lograré concretar algo.

Desde hace unos 10 años, cuando un venezolano conoce a otro lo primero que pregunta es "¿Y este es chavista o de los nuestros?" Ya sea en una reunión familiar cuando te presentan al nuevo novio de tu prima, en el trabajo cuando eligen al jefe de turno o viendo a un artista en un programa de entrevistas. El hecho es que se debe escoger un bando, ya que los "NI - NI" son aun más repudiados porque los persigue la eterna sospecha de pertenecer al otro grupo pero no querer reconocerlo. Nadie se salva de la fatídica pregunta, por más cantante ganador de Grammy o medallista olímpico orgullo venezolano que seas. No nos importa qué ni por qué sino con quién.

Todos los que hemos hablado pestes de Pastor Maldonado ahogábamos un gritico en las últimas curvas del Circuit de Catalunya porque, muy en el fondo queríamos que ganara. Nos olvidamos de los millones de dólares que PDVSA le da a un tipo que hace algo tan elitista como la Fórmula 1 mientras sonaba el himno nacional, pero volvimos al odio inicial cuando escribió "Viva Chávez" en su twitter personal. Nos debatíamos entre alegrarnos por ver a un venezolano en lo más alto del podio de la F1 y el "Ese tipo no me representa" por la repulsión de saber que es chavista. Discutimos entre amigos porque unos veían el lado bueno y otros no. Las conversaciones subían el tono mientras utópicos y cínicos exponían sus razones.

Nos asombramos de que los españoles celebren las medallas en base a si los atletas son comunidad autonómica o no. No comprendemos que se preocupen por saber de qué localidad son. ¿Pero no estamos haciendo lo mismo nosotros al investigar a cada uno de los que participan representando al tricolor nacional? ¿No somos igual de sectarios cuando nuestros comentarios (después de ganar la 2da medalla de oro en la historia) son "¿Viste lo que dijo el tipo en Tves?" "Ay sí, ahora dice corazón venezolano, pero está viviendo en Polonia y no sufriendo el gobierno de Chávez"? Tanto daño nos ha hecho esta polarización política que no sabemos disfrutar de las pocas cosas buenas que se relacionan con nuestro país.

Yo, por mi parte, me voy a dedicar por alegrarme por aquellas personas que dejen el nombre de mi país en alto. Con tanto chavista poco preparado en puestos importantes, necesitamos a los que sí se preocupan por hacer las cosas bien. No me interesa quién sigue a quién, mientras esa persona trabaje y se merezca todos y cada uno de los dólares que está recibiendo. Limardo, la Vinotinto, Andreína Pinto, Subirats... esos son a los que hay que apoyar siempre, más allá de su tendencia política. Habiendo tanto aprovechado como Hanny Kauan, los Cadillacs, Mario Silva que no son más que parásitos de lo que le queda de fama a esta revolución rojo rojita que nos mal gobierna ¿Cómo perder tiempo y energía en criticar a quienes nos enaltecen, más allá de quién mande?.

En los países con poca historia deportiva como este, en ocasiones hay que bailar con la más fea. Y no queda ningún tipo de duda acerca de quién es la bailarina designada. Con una administración pseudosocialista, pseudocomunista, pseudodemocrática, si quieres ser un campeón, tienes que bajar un poco el tono y decir la típica frase "Nosotros somos representantes de todos los venezolanos y no nos metemos en política". Caminar rápido y que se note poco tu presencia. Pero por ahora, sólo me queda decir: ¡Gracias Limardo! ¡Eres grande!