Comenzar el 2015 con estas colas interminables en supermercados
y abastos o con el reporte de miles de muertes violentas en el año 2014 en
Caracas es como para apagar e irse. Aun no sé a dónde, pero irse.

Qué le pasó a este país tan próspero, tan lleno de
posibilidades para todos los que venían de otras latitudes y que le dio tanto a
tanta gente?
Qué sentir cuando ves cómo Venezuela expulsa a sus
ciudadanos más jóvenes a otros sitios que tampoco están bien pero que suenan al
paraíso terrenal al lado de este desastre?

Qué maldad hicimos para no poder dormir tranquilos hasta
saber que todos nuestros afectos llegaron sanos y salvos a su casa?


Nos merecemos pagar el 10% del valor de un carro en seguro
anualmente? Nos merecemos pagar un sueldo mínimo mensual en seguros de salud
porque sabemos que es imposible ser atendidos en un hospital público porque, al
igual que no hay acetominofén y desodorante, no hay insumos médicos para tratar
la más mínima emergencia?
Qué karma estamos pagando para que mueran 30 personas a
manos de cuerpos de seguridad del Estado en 3 meses de protestas y no haya
nadie que pague por eso? Qué le hicimos a quién para que los políticos nos usen
para sus proyectos personales cada vez que les interesa y luego nos abandonen?

No hay Ávila que valga. Ni playas, ni médanos, ni sonrisas
de niños (que consigues en cualquier país) para poder levantar la pared de “Mi
país es arrechísimo” con el que se quieren auto engañar aquellos que viven de
negocios turbios con militares y chavistas enchufados cuando hablan con sus
amigos en cumpleaños o reuniones sociales.

Así que me perdonan si El Ávila me importa 3 pitos cuando lo
veo de frente mientras suenan los disparos a dos cuadras y matan a una
muchacha. Si me interesa poco Playa Colorada si no podemos estar en ella hasta
pasadas las 4 de la tarde porque te caen unos malandros y te roban todo. Cuando
siento poco aprecio por el calor venezolano cuando escucho insultos hacia los
políticos opositores porque no son lo suficientemente violentos para nuestro
gusto.
Y me disculpan si me río cuando escucho a los defensores a ultranza de
Venezuela molestarse con aquellos que la odiamos, mientras sabemos que usan
métodos poco limpios (pero tradicionales) para llevar adelante sus negocios y
su vida cotidiana. Así, cualquiera quiere vivir en Venezuela. El país más
corrupto del hemisferio.

Por mi parte, rezo por los que estamos acá, y por los que se
van. Por nosotros para que no nos maten saliendo del trabajo o del gimnasio.
Por ellos para que les vaya aunque sea la mitad de bien que tienen planeado
para que no se planteen ni por un segundo volver. Y a los que tengan pensado
votar por Podemos en España, les recuerdo que Monedero e Iglesias ganaron miles
de dólares ayudando a Chávez y Maduro con su plan de gobierno. Gracias a
eruditos como ellos y sus grandes ideas, estos tipos crearon sus maravillosos y
bien llevados planes políticos y económicos. Sólo eso.
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